VI. La exposición oral
La exposición es una técnica de
comunicación oral en la que una persona se dirige a un grupo para darle a
conocer un tema.
La preparación correcta de una exposición
oral parte del seguimiento de estos pasos:
Conocer profundamente el tema.
Ordenar el material disponible en un guión
o esquema que sirva de apoyo para hablar.
Exponer las ideas con claridad y
sencillez.
Ensayar la exposición cuantas veces se
crea conveniente:
Aspecto externo:
El orador se sitúa delante de la
audiencia, de pie mejor que sentado.
Si se sienta, debe apoyar los antebrazos
sobre la mesa adoptando una postura natural y relajada.
Colocar el esquema o guión sobre la mesa.
Dirigir la mirada hacia el auditorio,
intentado mirar alternativamente hacia varios puntos.
Realizar gestos naturales y moderados.
Dominar los nervios, procurando dar
sensación de tranquilidad y naturalidad.
No mostrar un apego excesivo a las notas.
Evitar muletillas.
Modulación de la voz:
Seleccionar el tono de voz adecuado: ni
muy alto, ni tan bajo que el auditorio no oiga.
Ritmo adecuado: ni demasiado lento ni
demasiado rápido.
Respetar las pausas. Conviene dejar tiempo
para que el auditorio asimile lo que se expone.
Articular bien todos los sonidos y no
omitir los finales de frase.
Evitar la monotonía, variar el tono de voz
para subrayar ideas y suscitar el interés del público.
La exposición oral presenta la siguiente
estructura:
Introducción
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Objetivos
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Despertar el interés del auditorio
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Captar su atención
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Procedimientos
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Plantear una pregunta
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Provocar suspense
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Personalizar el tema, señalando cómo
éste afecta a los intereses del público que escucha.
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Exposición
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Objetivos
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Concretar el objetivo de la exposición:
qué se pretende.
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Evitar la distracción de los oyentes
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Procedimientos
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Seleccionar las ideas que resulten más
interesantes para explicar el tema
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Utilizar medios audiovisuales
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Usar ejemplos, anécdotas, etc. que
despierten la atención del auditorio.
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Reorientar al auditorio, insistiendo
periódicamente en las principales ideas de la exposición
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Conclusión
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Objetivos
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Fijar en pocas palabras aquello que se
ha tratado
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Procedimientos
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Encadenar de forma lógica las ideas
fundamentales, concretándolas y matizándolas con claridad y sencillez
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VII. Decálogo para la realización de exposiciones
Lo primero que se debe hacer es establecer
un borrador con el tema objeto de la exposición y las cuestiones que
encierra, a las que debemos responder y conviene ilustrar el razonamiento con
cuantos datos se tengan al alcance.
Es preferible escribir con párrafos breves
y usar los nexos de unión entre ellos con precaución para que no degeneren en
"muletillas" y que resulten adecuados a la relación que expresen.
Emplear un buen diccionario de sinónimos
para no incurrir en la repetición de idénticos vocablos y evitar las palabras
comodín (palabras con un significado tan poco preciso que sirven para todo:
cosa, tema, problema, haber, hacer...).
Evitar el uso de los nombres con igual o
parecido significado: "Se vio preso de sueños y quimeras."
Emplear palabras usuales en lugar de las
poco corrientes o rebuscadas, en cuyo caso se puede caer en la pedantería que
da lugar a neologismos inaceptables como: concretizar, inflacionados...
Evitar los barbarismos (palabras o expresiones
extranjeras innecesarias porque la lengua propia ya dispone de otras).
Dosificar el empleo de adjetivos
calificativos.
No abusar de los adverbios en -mente
cuando son complementos de un adjetivo: "desaforadamente
excéntrico".
Preferir una construcción preposicional a
una proposición subordinada de relativo: "anuncios de la empresa" a
"anuncios que ha llevado a cabo la empresa".
Releer el texto que se acaba de escribir
para pulir, podar y limpiar las oraciones que no añadan nada a lo
anteriormente dicho. ^
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